10 Rispá, hija de Ayyá, tomó un sayal y se lo tendía sobre la roca
desde el comienzo de la siega hasta que cayeron sobre ellos las lluvias del
cielo; no dejaba que se pararan junto a ellos las aves del cielo por el día ni
las bestias del campo por la noche.
11 Avisaron a David lo que había hecho Rispá, hija de Ayyá,
concubina de Saúl.
12 Entonces David fue a recoger los huesos de Saúl y los huesos de su
hijo Jonatán, de entre los vecinos de Yabés de Galaad que los habían
hurtado de la explanada de Betsán, donde los filisteos los habían colgado el
día que mataron a Saúl en Gelboé;
13 subió desde allí los huesos de Saúl y los huesos de su hijo Jonatán
y los reunió con los huesos de los despeñados.